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lunes, 8 de agosto de 2016

Cartas de Shamballa 58 : Redención de la Tierra II

Santo Aeolus, 07 de agosto de 1952



Órbita individual

Quienes estén dispuestos a aprender el amable arte del altruismo y el desprendimiento, a perder sus vidas con tal de ganar la vida eterna, a trabajar sin adulaciones, desde dentro de la Luz, podrán escribir sus nombres sobre el pergamino en el Retiro de Ceilán y entrar a la instrucción que los traerá al punto donde Mi Rayo, a través de ellos, podrá hollar la Tierra en dulce amor.
Cada hombre tiene su propia órbita pequeña, su esfera de influencia dentro de la cual ha sido atraído por lazos kármicos y circunstancias, cierta cantidad de energía de vida. Esta vida puede estar encasillada en una forma humana o elemental, pero la mera presencia de aquélla en la atmósfera personal de éste, es la señal inequívoca de que es responsabilidad de quien profesa un deseo de representar al Santo Confortador para con la vida, liberarla a punta de amor. En tanto que un individuo de esta índole no haya traído y sostenido confort a la vida que él contacta en su experiencia diaria, no habrá calificado para ser un centro irradiante del Confort Cósmico para las masas.

Presencia confortadora

Algunos hombres tienen una esfera de influencia más grande que otros, más corrientes de vida están dentro de su influencia diaria. Si esos hombres Me conocieran y conocieran Mi servicio a la vida, entrarían a la radiación del Santo Confortador, y conectándose con Mi Presencia, traerían paz y orden al caos; armonía y contentamiento a la insatisfacción; comprensión y sabiduría a la ignorancia; salud y bienestar a la enfermedad; suministro y abundancia a la escasez. Entonces, y sólo entonces, podré caminar libremente entre tales hombres como jamás haya caminado el Dios del Cielo entre sus escogidos, trayendo confort a todos los que comparten el exilio y la actual tribulación del plano terrenal.
Cada hijo de la Tierra que ha comparecido ante el Tribunal Kármico y calificado para convertirse en Hijo del Cielo, fue antes de su ascensión una presencia confortadora para con sus compañeros de viaje. Las excepciones a esta regla han sido destinadas a los salones de clase en las esferas internas, donde han tenido que aprender el control de sus propias energías hasta que tal radiación se convirtiera en el " pasaporte " al Reino cuyos habitantes están dedicados a traer y sostener confort para todo aquel que "toque la basta de sus vestiduras".




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