Por el Amado Santo Aeolus, 3 de abril de 1960
Hijos de la Luz: En el plano físico, o en cualquier otro plano, toda manifestación que existe ha de tener una pulsación u Onda Lumínica Primigenia; y la primera pulsación tiene lugar ante el comando de una Llama Auto-Consciente de Vida proyectada desde la Primera Causa que es el “YO SOY” Universal. Es menester que el chela logre la mas plena comprensión posible, de que EL ES, una Llama pulsante proveniente del Corazón de Dios, en este momento, lo cual le da todo el poder de crear.
Cuando el chela cae en cuenta de esto mediante la meditación, no habrá tal cosa como una palabra vacía, un pensamiento, un sentimiento ni una acción fatuos, ya que al estar en unidad consciente con la Santa Llama Crística, doquiera que él eleve siquiera un dedo, Dios —la Presencia “YO SOY”— actuará y la creación tendrá lugar. Por lo tanto, la Llama Divina del Chela Consciente no habla a la ligera ni piensa infelizmente porque él sabe que inundaría su mundo individual con toneladas de energía, las cuales tomarían forma, de acuerdo a su gesto más efímero.
Si la humanidad pudiera comprender tan sólo por un momento el PODER de la Fuerza Creativa que esgrime, aún el más ignorante y descontrolado hombre externo, tendría más cuidado con lo que expresa con su aliento que con las joyas reales. La energía es amplificada mil veces en sus palabras, pensamientos, sentimientos y acciones porque éstas casi inmediatamente se manifiestan como condiciones y cosas.
A Mis chelas les digo, que no hagan componenda alguna con el mundo de las apariencias. La postura resueltamente asumida por cada quien en cuanto a paz, salud, opulencia o cualquier otra cosa buena atraerá éstas cualidades a ustedes. Ustedes son Hijos e Hijas del Dador de Todo Bien a esta Tierra ... ¡y son ustedes uno con el CORAZÓN que creó todo depósito de oro y de piedras preciosas en el planeta! Si ustedes afirman, insisten y exigen la descarga de ese bien particular requerido en el mundo, lo llenarán hasta rebasar rápidamente en su experiencia.
Amor y bendiciones,
El Santo Aeolus
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